No sabría como explicar qué es para mi el fútbol sala. Hace que me sienta feliz, bien conmigo misma, completa, que no esté triste, que no me sienta sola, me hace estar saludable, bien físicamente, aceptada por mí misma... En fin, el fútbol sala es mi vida y juro en este blog que yo he llorado noches por estar más de una semana sin jugar, pensando tan sólo que me ocurrirá algo que me hará dejar el fútbol sala y pensaréis que estoy loca pero es así. A mi no me pagan por jugar ni por ir a entrenar ni nada y ya sé que no me llevará a ningún sitio por ser chica aunque supuesta mente las cosas ahora van mejorando pero si fuera por mí pondría el fútbol sala por encima de todo, evidente mente no de mi familia, y estaría todos los días de la semana las máximas horas posibles entrenando y jugando ya que hacen que me sienta bien y que pueda estar feliz.
Cuando una persona se siente triste o enfadada se apoya en otras personas pero yo lo único que hago es pensar que dentro de unas horas voy a poder ponerme mi equipación de entrenar, mis rodilleras y mis coderas, coger un balón y empezar a jugar y a parar balones e intentando evadirme de todo lo demás y solamente pensar en el balón, la contrincante que quiere marcar gol y yo.
Uno de los problemas que tengo es que como me hace tan feliz y yo lo soy no paro de reír porque es lo que me produce, felicidad, pero parece que no me lo tomo en serio cuando es todo lo contrario, porque para mí es mi vida y es un camino que tengo que recorrer y terminar hasta el final hasta que yo vea que tengo que decirme: "Ya es la hora de colgar las botas". Por eso yo intento siempre parar cualquier balón, sea como sea y de la manera que haga falta pero eso también me hace fallar pero son cosas que superaré seguro.
En resumidas cuentas:
SIN FÚTBOL SALA NO PODRÍA VIVIR.

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